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Imagen orientativa. 
La idea nace de
iXs Research, no sé en que estarían pensando, pero está claro que es algo diferente.
Y lo primero que me viene a la cabeza es, ¿para qué?. Pues bien, resulta que el peluche en cuestión es un navegador GPS pero al no poder monitorizar la ruta a seguir, mueve los brazos y la cabeza para darnos las indicaciones, hasta aquí 'todo normal'.
También lleva incorporado en el cuello un alcoholímetro que detecta si el conductor va bebido, de ser así, nos haría la siguiente pregunta: '¿No habrás estado bebiendo verdad?'.
Este no es el único sensor que lleva incorporado, tiene otros destinados a controlar el tipo de conducción, si esta fuera agresiva el peluche gritaría '¡cuidado!'.
Está claro que a los fabricantes de navegadores se les están acabando las ideas, y por ello se les ocurren ingenios de este tipo. Y no creo que la única intención de este peluche sea la de guiar al conductor del vehículo, sino también la de ir acojonando al personal, porque si yo, después de haber bebido me subiese a mi coche, no para conducir por supuesto, y me encontrase en el salpicadero un osito de peluche agitando los brazos, moviendo la cabeza, y que habla conmigo...
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